J'aime

mardi 24 septembre 2019

Cuando desperté, el blog todavía estaba aquí...

Invitaría a los habituales (Daniel, Iharra, Maixol, Fanny, Christian y Jean-Luc) a dejar huella de paso (¡lectura!) como los caracoles … / Les habituels habitués Daniel, Iharra, Maixol, Fanny, Christian et Jean-Luc sont gentiment invités à laisser des traces de leur visite, genre lecture-trace d’escargot …

Lecturas en marcha. Sin terminar los Boutang, Ontologie du secret y algunos artículos de La source sacrée. ¡Tanto tiempo apartados antes de vacaciones para cuando hubiera tiempo! Sí lo hubo antaño, para leer a Boutang hijo, Yann, sobre todo por sus tesis sobre el capitalismo cognitivo. Ahora que las tropecientas cadenas de la tele francesa son una prolongación del alcantarillado vecinal, la revancha es ir a vídeos congelados en línea y asistir a sus conferencias, clases, entrevistas. Cómo me gustaba en su día ese pasar el escalpelo por palabros-soporte de nociones vacías que ya hubieran, de haber existido, merecido una entrada en el diccionario de Flaubert. Eso de que no sé qué cosa que se le ocurre a alguien (una idea, una clase de inglés, cursos de tenis…) resulta “enriquecedor”. O esa otra monserga de los “valores”, como en la Bolsa. Pese a muchas interrupciones serendípicas a medida que avanza la lectura (artículos sueltos de números sueltos de la revista Spartacus; otra vez a vueltas con Anton Pannekoek, con Louis Janover … ¡con tantos heureux hasards!), sigo pasito a paso con la biografía intelectual de Marx de Maximilien Rubel. Antes de leer el Journal de guerre de Evelyn Waugh, que no he recibido aún hasta que regrese a Burdeos, retomo el prólogo de Sánchez-Ostiz a Una educación incompleta. Y aprovecho de paso que tengo que recurrir a MSO para volver a reclamarle a una querida olvidadiza (Christine, es-tu là ? Un coup, pour oui, deux coups pour non !) el indispensable Con las cartas marcadas...

Prestar libros acaba siendo como si te pidieran prestado un cepillo de dientes. Es para los dientes, no para las axilas. Y es tuyo. Primero, hay que vencer las reticencias. Luego, avisar que su uso es muy especial: subrayados propios, anotaciones, olvidos. Leer a alguien esperando confortar las bobadas propias, que uno lleva en la cabeza, es como querer reducir con lija los Pirineos. No volveré a caer en la tentación. Y cosa curiosa, los que más he tratado yo de dejar como invitación a la lectura por iniciativa propia, me los han devuelto sin terminar: uno, La route des Flandres. Otro, El asco indecible, frágil como un cuadernito y tan visitado por rayas y acotaciones mías que comprendo que dificulte la lectura. Recuerdo cómo le llamaron la atención a Chris, del “asco” recién prestado y antes de leído, dos detalles de este libro: tenía yo encuadrado en rojo y subrayadillo el poema de Sastre dedicado a Grimau (“¿para qué subrayas eso que lleva en línea mil años?”) no por el texto en sí – que también – sino por su contexto capaz en muy pocas líneas de evocar una resituación de dos grandes fantasmones de la ejemplar transición: Fraga (“Fraga, canalla, devuelve la medalla”) y Martín Villa (“País leonés no es Castilla, aunque lo diga Búfalo Villa”). El otro detalle: “No tomen Viagra. Pueden morirse” ¿…? Frase no del autor, claro. De un charlatán de viagra amazónica, tipo pila Duracell. Y que me he tomado muy en serio …

Relecturas. Desde mediados de enero, algunos clásicos de la Revolución francesa (Soboul, el obligatorio de años de facultad y vehemencias varias, Georges Lebvre, Michelet, Cochin en el volumen de Tallandier, La machine révolutionnaire) a la luz de dos faroles para iluminar en cada zancada el paso lento por los vericuetos de la desilusión. Uno, el ya viejo clásico Penser la révolution française. El otro, en edición digital, el prácticamente olvidado[1] Deux idôles sanguinaires. En una caseta de viejo en la Place des Quinconces, en Burdeos, encontré tirado en octubre del 77 un ejemplar editado por 10/18 de Thomas Molnar, La contre-révolution. Una larga discusión/algarada nocturna me llevó a tirarlo a la basura. Ahora es casi imposible de conseguir en viejo, por el precio que tiene. Me contento con una edición digital traducida del inglés… ¡Ya lo creo que “panta rei”! Las reflexiones de ahora ya están lejos, mucho, de Albert Soboul o de Aulard. Globalmente considerada, la Revolución fue un levantamiento desencadenado por burgueses acomodados con el apoyo de una fracción de la nobleza ilustrada que cavaba concienzudamente su propia tumba. Nada de pobres ni de desheredados ab origine. Una batalla campal en la que los vivillos y los desgraciados sin escrúpulos se forran sin que nadie les ponga la mano encima. En los episodios de revuelta o de salvajadas o masacres en las que “el pueblo” se desata, la chispa salta más a menudo en los burgueses que en los más desfavorecidos (monsergas con “les plus démunis” hasta hoy). La anarquía extendida al territorio del reino favoreció la aparición de personalidades peculiares, sobre todo de carácter tiránico, en muy diversos medios sociales. Y, como en todas las revoluciones, la máquina enloquecida acabó devorando a sus propios inventores y manipuladores. Queda para los anales la entrañable humanidad de la Ley de los Sospechosos (septiembre de 1793). De tal imprecisión que podía llevar a cualquiera ante el tribunal revolucionario. Muchos detenidos no se explicaban de qué podían ser sospechosos. La decisión de considerarlos tales debía tomarla el comité de vigilancia, formado por doce ciudadanos en cada municipio que no fuesen nobles ni del clero. Se afianzó con esa tupida red de “vigilantes” un gigantesco sistema de espionaje y chivateo al que casi nadie podía sustraerse y del que todas las revoluciones posteriores han ido perfeccionando el funcionamiento. La nobilísima noción de Igualdad, de la que todos se reclamaban sin descanso, se veía atropellada a cada momento con el mismo fervor que se pisoteaban Libertad y Fraternidad. Desde el principio. Un rasgo indeleble lo constituirá la feroz represión del clero, que alcanzó tanto a los llamados refractarios – fieles a Roma – como a los propios curas juramentados – fieles a la república, pero igualmente víctimas de persecución y deshonor. Se crearon centros de internamiento de donde se suponía que serían deportados pero que acabaron por ser meros centros de masacre. Las leyes de marzo y abril de 1793 estipulaban que todo refractario presente en el territorio de la República sería conducido al tribunal militar y ejecutado en 24 horas.  Cualquier encubridor, incluso si eran de la misma familia, correría la misma suerte. Rumores sin base alguna bastan para desencadenar sangrientas revueltas y motines. Las tierras confiscadas a la nobleza emigrada y al clero caían en manos de clanes organizados, de burgueses con medios financieros, de “gente” con mucho poder y pocos escrúpulos que aprovechaba la nueva situación que ellos mismos habían provocado. Y para terminar en los límites inseguros del maniqueísmo, muchos buenos actuaban como el peor de los malos. Y muchos malos hacían el bien como el mejor de los buenos. ¿Sorprendentemente? No. Sucede cuando se pasa de la estúpida palabrería ideológica, vacía, estulta, mendaz, al más prosaico terreno de la acción concreta. De los resultados. En el espacio más etéreo, el de la “ideas”, el régimen dominante, la República de los Buenos Sentimientos ha resultado victoriosa por KO en todos los frentes habidos y por haber. Hasta hoy, bajo el liderazgo planetario de los “ barras y estrellas”.

Otra relectura. L’École des cadavres. Aviso a navegantes sin ambages: « Nous sommes devenus les plus stupides, les plus emmerdants de tous les animaux créés. Pesanteur matérialiste, ankylose dogmatique pontifiante à fin utilitaires. Tout nous condamne ». Con una escena alegórica de arranque que nos hace asistir a una antológica bronca entre el autor y una sirena de armas tomar, avejentada, jurando como un carretero. ¿Representación de la República? ¿De lo políticamente correcto de cualquier época? « Ah ! que je lui dis, navrante ordure... »[2]. Contra el "comunismo razonable" con pretensión de científico:  « Le communisme dans la pratique c'est l'unanimité des âmes, des âmes toutes communistes, toutes altruistes, toutes embrassées de passion unanime (...) Le fanatisme objectiviste nous tue (...) Le communisme raisonable crèvera dans cette civilisation sans poètes comme tout le reste ». Con una intuición del Gran Remplazo[3], tan tétricamente actual que hasta inspira atentados como el de ese lechoso anglo contra hispanos y mejicanos invasores (sic) de Tejas: «… vos remplaçants, vos héritiers super-émancipants... »[4] Y un despliegue léxico tumultuoso envolviendo la invasión apocalíptica de Francia por el tercer mundo: « ... la racaille arméno-croate, bourbijiane, valacoïde, arménioque, roumélianesque ! toute la polichinellerie balkane en folle triomphale ventrerie ! ... Ils sont encore des millions d'autres, et puis encore des millions d'autres, et puis encore des millions ... Toutes les vallées ouraliennes, budipestiques, tartariotes, verminent, regorgent littéralement de ces foisons d’opprimés ! Et que ça demande qu'à foncer, déferler, irrésistibles, à torrents furieux... ».[5] 
Exageraciones, hipérboles, neologismos. Todo al servicio de un furor sofocante, excesivo, una ira cargada de desprecio de la que no se libra nadie. Derechas, izquierdas, centros, judíos, Hitler, los arios, los latinos o mejor aún, la latinidad (todo ese vasto sur, allende el Loira, poblado por “narbonnoïdes” y por “hispanotes”), Maurras, Pétain … África no empieza en los Pirineos, empieza en Boulogne-sur-Mer. Céline en vuelo rasante. Céline, voluntario en la guerra de 14, herido en Flandes, vomitando su repulsa por la generación de la “gran cagalera” de 1940. Humillación sin paliativos y derrota que el genial golismo trilero transformaría en triunfo y en “grandeur” (grandeza), traducida desde 1945 en paroxismo de retirada general con abandono de sus aliados en todos los escenarios, regados de sangre y mil mini-guerras civiles de malísima cicatrización. O sea, verdadera "petitesse” (insignificancia) en la realidad. Con permiso de los verdaderamente ganadores.



***

Nuevos cauces de transmisión del saber. La especialización con aportación de plusvalía en forma de prestigio individual se va a paseo o pierde peso a marchas forzadas. Si los suficientemente grandes y originales suscitan la indiferencia más absoluta, creo que el plagio por parte de fantasmones y mamarrachos de la supuesta "élite" intelectual, y no digamos por parte de los insignificantes polítiquillos, no va mucho más allá del absoluto desdén, mezclado de mofa. El aura de infalibilidad de la individualidad especializada se sustituye hoy por un acopio múltiple de aportaciones recíprocamente controladas hasta que acaban cuajando en lo (provisionalmente) indiscutible. Cuando despertemos, el dinosaurio, digo, Wikipedia - como titulaba esta entrada del blog - todavía estará ahí … Fuente de toda revelación. Fundamento de cualquier conocimiento desde la escuela primaria hasta la estratosfera universitaria. Antaño sólo se dotaba de cierta solidez a lo que salía en el periódico. Sic transit gloria mundi.

***

Cribas en Twitter (“lo que está pasando”) y en Facebook (“¿qué estás pensando?”). Por riesgo de tener que polemizar con latazos. Refutar. Explicar el humor o el doble sentido... “Criba” o mejor, limpieza no tienen que ver con las posibilidades de la Red ni con las de otras muchas redes sociales o blogs. No se trata de tirar la soga tras el caldero o, como dice expresivamente un refrán francés, tirar el agua del baño con niño y todo. No. Redes, blogs, sitios … facilitan el trabajo, la diversión y la información. Es el estomagante imperativo ¡comparte si estás de acuerdo! Todo resulta original, nunca visto, sorprendente. “No a los privilegios de los Sicav”, “no a la explotación de niños en Neveragainland”, “no al maltrato animal”, “no más abusos sexuales” … Ni importa que esté mil ya veces repetido en cadenas de radio, diarios impresos, diarios en línea, en mil cadenas de tele. ¿COMPARTE SI ESTÁS DE ACUERDO? ¿Cómo NO voy a COMPARTIR lo que sea respecto a …? ¿Cómo no voy a estar de acuerdo? Y contra el cáncer de mama y el de próstata, el calentamiento de esto o el enfriamiento de lo otro… Claro que lo estoy, ¡a mi edad y condición! ¿Hace falta compartir la necesidad de respirar? Comparte si estás de acuerdo con la aplicación del sistema métrico decimal. Yo te creo, hermana... La nube de preguntas de los que se creen valientes en manosear obviedades oculta el cielo de las razones latentes. ¿Cómo puede un juez dejar suelto a un hijo de puta violador y asesino de viejecitas, a un suicida en la autopista, a un estafador, a …? Pues porque la mierda a la que usted y yo votamos – la misma por mucha etiqueta diferenciadora que se autocoloquen – ha construido un armazón de legal que así lo permite. Como permite cosas infinitamente peores, capaces de hacer bascular vidas al abismo. Y persistimos. Y vuelta a lo mismo. Hay un tsunami de mierda de perro en las calles de París, de Agen, de Pamplona y de Vitigudino. ¿Y?Usted ha decidido que el perro de los cojones y su dueño sean entidades intangibles: uno de los dos vota. Y que las aceras, antaño espacio urbano libre para bípedos en general, sean campo libre para cualquier manifestación imaginativa de vandalismo sobre ruedas, bicis, motos, patines y demás artilugios que puedan mandarle a usted al cementerio o al hospital… No despleguemos el abanico, porque entre lo trivial y la tragedia hay pocas varillas intermedias. Suele sólo escandalizarnos lo trivial.
Hay gente bienintencionada que repercute lo primero que le cae a mano. Otros insultan sin más. Atacan. Muerden. En algún sitio leí hace días que ya no quedan votantes suficientemente dotados de ideas con cierta solidez capaces de confrontarlas con las de otros, ahora sobreabunda el hooligan chapoteando en Furibundia. No hace mucho alguien me replicaba a un comentario con “eso lo pensará usted con los de su cuerda”. Como si pensar conllevara incorporarse a una yunta…
Por cansancio, dejar de decir a cualquier bondad considerada ya tal desde las hachas de sílex “me gusta” o “compartir”, como otros muchos miles, que el zapato aun siendo malo, vale más en el pie que en la mano. Conclusión: como con determinados (pocos) vinos, guardar me “gusta / comparte” para comensales y bebensales capaces de merecerlo. Gentes que hasta sin saberlo ni conocerte de nada, como el auvernés de la canción de Brassens te dan generosa y repetida acogida cuando otros se han desvivido y se desvivirán siempre en darte por otro sitio.
 
***
Pereza de blogero/Flemme de blogeur. « … pourquoi se fatiguer à évoquer un sujet alors que ton billet ne sera pas lu et que des milliers d’andouilles ne connaissant rien au sujet se sont déjà exprimés dans Facebook et Twitter pour montrer leur indignation ou faire ce qu’ils pensent être un bon mot » (Sagesse blogueuse chez Culturalgangbang).
Ça fatigue de rédiger des machins : la flemme. Maintenir la chaudière à rythme normal malgré toutes les formes imaginables de paresse aquoiboniste : communiquer des trucs, (r)ouvrir des discussions … sur rien ! Toujours la fâcheuse manie facile de LIRE des blogs des autres, plutôt que d’alimenter le sien. Mais, on écrit souvent pour des gens qu’on aime bien ! Pour satisfaire les copains, en évitant comme la peste les aigris et les ânes en perpétuelle croisade – et quelles ruades ! – contre n’importe quoi. Plus qu’un instrument de communication, un témoignage : voilà, si je crève, ça me faisait bien chier et ça aussi, je lisais plutôt ça et je détestais ça, en revanche, j’aime fortement ceci. Seul moyen d’en arriver auprès de certains que j’apprécie énormément mais qui ne se donneront jamais la peine d’y répondre. Mais il faut être patient. Réponses à des problèmes concrets ? Ici aussi bien que chez les réseaux les plus côtés, pas plus de réponses à des problèmes concrets que de beurre en branche … Je livre des opinions de lecture ou sur l’abjecte politique au jour le jour qui n’engagent que moi et quand je risque une suggestion, c’est parce qu’une conversation ou un imèle m’ont engagé à donner mon avis ou à y réfléchir et cochon qui s’en dédit… À cette grande époque de prolifération des opinions répandues partout, c’est « moins nécessaire que des nichons à un bouc » (récemment entendu dans un western de John Ford). Les conséquences de nos indignations et/ou de nos enthousiasmes (ah ! on ne se la fait pas comme ça au vrai blogueur blasé qui ne loupe rien de valable !) laissent parfaitement froide la planète entière. Ça pourrait se révéler efficace pour lire après le boulot, ou dans cet état morose qui accompagne le stress et qui vous fait avaler n’importe quoi en moins d’une minute quand vous n’êtes réellement intéressé à aucun sujet… Je ne sais plus. Je n’ai plus d’aventures ni ne suis branché... Surtout, qu’à ce qu’il paraît, les commentaires et les « j’aime », c’est le moteur des blogs ! Putain, si c’est vrai, je risque à un moment ou à un autre de tout laisser partir en vrille à force d’être inaudible, de plus en plus petit… Allez, qu'à cela ne tienne, je rouvre un autre Furet, fouette cocher ... !



***

[1] ¡Qué tío, Léon Daudet! Qué furia, qué peligro, en la bancada del parlamento y ante una hoja de papel… Conservador, facha, el ogro. Defensor a ultranza de Proust, de Céline, de tantos. Y con frase para el mármol: « La patrie, je luis dis merde quand il s’agit de littérature » (en asuntos de literatura que se vaya a la mierda la patria). Gastrónomo incomparable, goloso, bebedor sin fondo… Recuerdo casi de memoria su descarnada y desternillante descripción de los funerales de Victor Hugo. Ácido puro. Conocía “el tema”. Estuvo casado con Jeanne Hugo, nieta del “monumento viviente”.

[2] "Nos hemos convertido en los animales más estúpidos y molestos de la creación. Gravedad materialista, anquilosis dogmática pontificando con fines utilitarios. No tenemos arreglo." / Le suelto: "¡Anda pallá, marrana miserable!"

[3] "En la práctica el comunismo es la uninimidad de las almas, totalmente comunistas, totalmente altruistas, abrazadas todas a una pasión unánime (...) (...) El fanatismo objetivista nos aniquila (...) El comunismo razonable acabará pereciendo como todo lo demás en esta civilización sin poetas." Con el gran remplazo suele suceder como con lo tocante al género. La vanguardia en la teoría del género sostiene con aplomo que tal cosa no existe. Tranquilidad total, pues. Nada de ir compulsivamente a buscar alternativas de redacción a cualquier cosa que se escribe, ni rapidez de reflejos en la conversación para sacar a pasear simultáneamente caniches y canichas. A título particular, me da la impresión de que el gran remplazo se ha dado ya: el cerebro de muchísima gente ya está remplazado casi totalmente por el software de ipods, ipads, smartphones… El flujo normal lo que era una conversación normal se ha visto “enriquecido” (¡ya salió a relucir el conceto de Yann Moulier-Boutang !) por tanto aporte tecnológico hasta extremos hace poco inimaginables. No se puede terminar la frase sin que el interlocutor pueda detallarte hasta hacerte quedar en ridículo el programa del Zinemaldia de 1971, con premios y todo, la fecha de nacimiento de Michael Jackson (hace un año en Berlín, un guía italiano suspendía la respiración ante su auditorio esperando la respuesta correcta a su machacón “¿A que no saben porqué es famosa esa fachada del Hotel Adlon?” Angustia en el respetable. “¡Porque por esa ventana mostró al mundo a su hijo adoptivo!”), o el impacto de la eyaculación precoz en el alumnado de la experiencia desde los noventa. ¿Cómo ir en coche sin GPS o callejear sin Google Maps? Después de la gratificante caña que acabas de tomarte, una alerta nocturna te invitará a dejar testimonio de tan inolvidable experiencia para otros usuarios. Una reserva hotelera te perseguirá mientras vivas con el sonsonete de que podrías haberla realizado por un 20 % menos en otros ocho sitios… Como en 2001 Odisea del espacio, la memoria de sustitución resulta más inteligente que la sustituida…

[4] Vuestros sustitutos, los super-liberadores herederos

[5] La canalla armenio-croata, burbijana, valacoide, armenioca, rumelianesca, la gesticulante balcaniquería al completo en loco y triunfal hartazgo … Y millones y más millones que quedan y más millones detrás … todos los valles urálicos, budapésticos, tartarotas, hormigueantes, literalmente atestados de oprimidos a granel. Que no quieren más que abalanzarse, abatirse en oleadas irresistibles, en torrentes furiosos